El siguiente es un artículo realizado por el Ingeniero Yuri Alexis Rizo Delgado. Ingeniero electricista de la Universidad del Valle (Colombia), con formación de postgrado en la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes, en Colombia. Posee experiencia profesional en proyectos hospitalarios, energéticos y de automatización y control. Gerente de la compañía Enersa.
Palabras clave: seguridad eléctrica, seguridad en hospitales, parámetros de seguridad en hospitales, programas de seguridad eléctrica. Los problemas eléctricos son la segunda causa de incendios en hospitales, y en mayor medida por la violación de las normas del buen uso de equipo y reglamentos de instalaciones.
Accidentes.
Accidentes que se deben a error humano, como una falsa maniobra, error en la manipulación de los contactos y protección de los equipos mal puestos o erróneamente protegidos. Es muy común ver en algunas Salas de Cirugía cables de prolongación en el suelo, multitomas en que la conexión a tierra no existe o está mal conectada, conductores en que la pérdida del material aislante se suple con tela adhesiva, etc.
[5].Se considera que el 33% de estos sucesos adversos son causados porque las técnicas quirúrgicas no consideran la resistencia del cuerpo del paciente y lo expone a la corriente eléctrica del equipo circundante. El mayor riesgo es para los pacientes a los que se les practica cirugía dentro de la cavidad toráxica.
El creciente uso de equipos, tales como monitores cardiacos, inyectores de tinte, catéteres cardiacos y otros instrumentos auxiliares de cirugía aumenta la amenaza de electrocución cuando se usan dentro del sistema circulatorio [6].
En electrocirugía, toda pieza del equipo que entre en contacto con el paciente es un riesgo posible para él. Nos referimos a los electrodos de E.C.G. agujas monitores, catéteres monitores, etc. Y no solo la cantidad de equipos son una amenaza para el paciente, también lo son para los médicos, enfermeras y personal alrededor incluyendo personal de mantenimiento y limpieza.
Todos estos riesgos por circulación de corrientes de falla o de fuga al circular por el cuerpo humano pueden producir tensiones de contacto o electrocución por Fibrilación Ventricular, la cual consiste en el movimiento anárquico del corazón, el cual deja de enviar sangre a los distintos órganos [11]. En lugar de producirse una sola pulsación a diferente tiempo en los ventrículos, es posible que varios impulsos se originen al mismo tiempo en diferentes lugares (taquicardia irregular polimórfica), todos ellos estimulando al corazón a latir. En consecuencia, se producen latidos mucho más rápidos y desordenados que pueden alcanzar los 300 latidos por minuto [2] la tensión arterial experimenta una oscilación e inmediatamente decrece en cuestión de un segundo hacia valores mortales.
La fibrilación ventricular es la principal causa de muerte por choque eléctrico [12], y el valor de la corriente que puede producirla, depende de parámetros fisiológicos como anatomía del cuerpo, estado del corazón, duración del camino y tipo de corriente AC o DC [3]. A muy altas frecuencias disminuye el riesgo de fibrilación ventricular pero prevalecen los efectos térmicos. La corriente continua, en general, no es tan peligrosa como la alterna [12].
Las diferentes partes del cuerpo humano presentan para la corriente eléctrica una impedancia compuesta por elementos resistivos y capacitivos, se incrementa progresivamente desde nervios, vasos sanguíneos, músculos, piel, grasa y finalmente el hueso. Durante el paso de la electricidad la impedancia de nuestro cuerpo se comporta como una suma de tres impedancias en serie:
- Impedancia de la piel en la zona de entrada.
- Impedancia interna del cuerpo.
- Impedancia de la piel en la zona de salida.
En la siguiente figura, se ve el camino que puede seguir una corriente de falla, a través de cuerpo, donde Rp es la resistencia del cuerpo. Estas corrientes de fuga tienen dos componentes: uno capacitivo y otro óhmico; en las redes eléctricas existen acoplamientos capacitados en los filtros de red, entre devanados primarios, y carcasa de transformadores y también entre conductores de red y tierra [6].
Corriente de fuga, sistema TN-S [7]
El nivel de peligro real para un paciente cateterizado y quirúrgico va del orden de 10mA con un nivel máximo de 180 mA [5, 6]. En efecto una corriente de fuga intracardiaca de 0,1 miliamperios presenta la gran posibilidad de iniciar una fibrilación, pero si el catéter se encuentra en un gran vaso se requiere de dos miliamperios para que se produzca igual efecto.